Silvia Gloria Macha Rivera
La labor de enseñar y evaluar se encuentra estrechamente vinculada con la historia de la humanidad, la evaluación de desempeño comenzó en los gobiernos y en las fuerzas armadas a comienzos de siglo”, si bien sus orígenes se pierden en el tiempo, pues es una de las técnicas de administración de recursos humanos más antiguas y recurrentes, “los primeros sistemas en las empresas se encuentran en Estados Unidos alrededor de la 1ª Guerra Mundial” (Fuchs, 1997.)

Hoy se aprecia un cierto consenso en la idea de que el fracaso o el éxito de todo sistema educativo dependen fundamentalmente de la calidad del desempeño de sus docentes.
Entre las múltiples acciones que pueden realizarse para ello, la evaluación del docente juega un papel de primer orden, pues permite conocer su desempeño y por lo tanto propicia su desarrollo futuro al propio tiempo que constituye una vía fundamental para su atención y estimulación
Desempeño docente - Dilema Ético o saber público
La Evaluación de Desempeño es un sistema de apreciación del desenvolvimiento del individuo en su cargo, y su potencial de desarrollo. Toda evaluación es un proceso para estimar o juzgar el valor, la excelencia, las cualidades o el estatus de algún objeto o persona (Herra, S y Rodríguez, N., 1999). “Es un proceso sistemático de obtención de datos válidos y fiables, con el objetivo de comprobar y valorar el efecto educativo que produce en los alumnos el despliegue de sus capacidades pedagógicas, su emocionalidad, responsabilidad laboral y la naturaleza de sus relaciones interpersonales con alumnos, padres, directivos, colegas, y representantes de las instituciones de la comunidad” Valdés 2004
En la evaluación del docente existe un “dilema de carácter ético difícil de resolver: por un lado el derecho de los docentes a su privacidad y, por otro, el derecho público a saber” y añade que la solución al dilema está “en reconocer el proceso de enseñanza-aprendizaje como responsabilidad común de profesores y estudiantes que han de potenciar, mas que relaciones jerárquicas y transmisoras-receptoras del saber, comunidades de aprendizaje mutuo”. (Héctor Valdés Veloz 2004) Con agudeza conciliatoria, señala que al plantear el tema de la evaluación profesional docente no se debe verificar si existen razones para negar la permanencia de un profesor en la enseñanza sino preguntarse si: “¿existen pruebas evidentes de que este profesor merece permanecer en la enseñanza?”. “Este enfoque, continúa el Dr. Valdés, ayuda a los evaluadores a buscar la eficacia y no la inepcia”
Ahora bien, aquí estamos en presencia de un dilema de carácter ético difícil de resolver: por un lado, el derecho de los docentes a su privacidad y, por otro, el derecho público a saber; o sea, el problema está en cómo compaginar la preservación de la privacidad del profesor y la conveniencia de que los estudiantes sean informados sobre algo que les atañe tan directamente como la acción docente de la que son parte esencial, no sólo como un derecho legítimo, sino, y sobre todo, como la única posibilidad de poder participar racionalmente en el análisis conjunto de las situaciones de enseñanza – aprendizaje que tienen lugar en las aulas y esto trascienda al desarrollo o atraso a la sociedad en que nos toca compartir al docente y a los gobiernos de turno que gobiernan nuestro país.
¿Para que evaluar el desempeño docente?
1. En la medida en que se proponga un sistema que presente metas alcanzables de mejoramiento docente y oportunidades de desarrollo profesional, los docentes se sentirán estimulados a tratar de alcanzarlas y alentados cuando esferas de la vida del profesor. Mejora su conocimiento y capacidades en relación a si mismo, a sus roles, el contexto de la escuela y educacional y sus aspiraciones de carrera.
2. Estimular y favorecer el interés por el desarrollo profesional. Esto ocurrirá en la medida que se cumpla el objetivo anterior. Mejorará su modo de enseñar, sus conocimientos de contenido, sus funciones como gestor de aprendizajes y como orientador de jóvenes, sus relaciones con colegas y su contribución a los proyectos de mejoramiento de su institución
3. Contribuir al mejoramiento de la misión pedagógica de las instituciones.
4. Favorecer la formación integral de los niños y adolescentes.
En la medida en que se cuente con profesionales que están alerta respecto a su rol, tareas y funciones, saben como ejecutarlas y mejorarlas, su atención sera con más precisión en las tareas y requerimientos de aprendizajes de los niños y adolescentes, como también en sus necesidades de desarrollo personal.
Resumen
El trabajo parte de la idea de que la evaluación del docente es una estrategia académica, que permite identificar y atender en forma pertinente los problemas asociados al desempeño académico y profesional de los docentes, se pretende verificar, retroalimentar y mejorar la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje, por medio de un proceso de análisis evaluativo, cuyos resultados aportan datos que pueden ser ligados con la formación y mejoramiento del desempeño
La evaluación, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la realidad, pero su oportunidad y sentido de repercusión tanto en la personalidad del evaluado, como en su entorno y en el equipo del que forma parte, ha de ser entendida y situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes y en el desarrollo integral de los estudiantes.
1 Valdés Veloz ,Hector Encuentro Iberoamericano sobre Evaluación del Desempeño Docente Ciudad de México 2000
2 Fresán, M., Vera, Y. y Romo, A. (2000). Evaluación del desempeño del personal académico. Análisis y propuesta de metodología básica. ANUIES, pp. 79-201, México.
3 Izquierdo Sánchez, M. A. (1998). Políticas y experiencias de evaluación de académicos. Revista Colección Universitaria Nº 30, jul-dic. Universidad Veracruzana.